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YO, ME RINDO.

Al escuchar la frase del título rápidamente puedes asociar con debilidad y fracaso lo que estas a punto de leer, y con justa razón es lógico pensar eso, ya que, el mundo nos ha vendido esa idea por siglos. Es por eso que en esta ocasión me gustaría compartirte una perspectiva diferente respecto a esa frase la cual ha sido útil en mi vida desde que cambie la manera de verla y vivirla, espero que a ti también te sirva para tener una mejor relación con Dios y también para saber cómo afrontar aquellos problemas que estés pasando en tu vida. En lo personal rendirse nunca ha sido una opción en ninguna área de mi vida, siempre ante las adversidades he buscado una y mil soluciones para intentar revertir lo negativo, en algo positivo. Muchas veces el no rendirme ante una situación me ha llevado al éxito, otras veces no he corrido con la misma suerte y en vez de deshacer un nudo lo he enredado más. Si te identificas conmigo sabes lo que quiero decir. Es por eso que hace un par de días me d
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DECISIONES.

El día a día está basado en decisiones desde el alba hasta el anochecer, no hay un segundo del dia en el cual no estemos tomando alguna decisión voluntaria o involuntaria. Cuando tomamos buenas decisiones podemos ver los resultados positivos en nuestra vida rutinaria, espiritual, laboral, personal, relacional, educativa, etc. Pero, ¿Quién está con nosotros cuando tomamos buenas decisiones? Dios. Así es, Dios está ahí cuando has tomado buenas decisiones porque has decidido confiar en Él y obedecer en su palabra. Él se glorifica cuando tomas una buena decisión. Ahora bien, así como hay buenas decisiones también hay malas. No hay absolutamente nadie en este mundo que no haya tomado una mala decisión a lo largo de su vida, nadie. Cuando tomamos malas decisiones pueda que muchas veces los resultados no los percibamos en el momento, ya que, los resultados no suelen venir inmediatamente, a veces se van acumulando como gotas de agua que caen en un vaso y hasta que rebalsa hemos p

PAZ EN TIEMPOS DE CRISIS.

PAZ EN TIEMPOS DE CRISIS. Luego de unos minutos frente a mi computadora intentando escribir el blog de esta semana, ninguna de las palabras e ideas fluían, por un momento llegue a pensar que a lo mejor no debía escribir esta semana pero una parte de mi sentía el llamado de Dios para hacerlo. Para ser sincero los temas que tenía en mente se alejaban a la realidad que estamos viviendo porque quería omitir   la situación actual; sin embargo al encontrarme en duda si escribir esta semana o no, me tome un breve momento para hablar con Dios y que fuera Él quien me diera de su sabiduría para poderme dirigir a ustedes; y bueno, me es un poco gracioso esta situación ya que muchas veces me ha ocurrido que   hago mis planes con días u horas de anticipación y luego basta un segundo para que Dios cambie mis planes. Cuando hago referencia a que me es gracioso como actúa Dios en mi vida no lo hago reclamándole, para nada. Él muestra su amor de diferentes maneras con cada uno de n

Pausa.

El mismo problema en común, un plan perfecto único. Dios ha decidido ponerle pausa al mundo entero utilizando la misma circunstancia para cada uno de nosotros, quizás muchos han tenido que ponerle pausa a un sueño, un proyecto, un plan, una boda, un viaje, una graduación, una fiesta, etc. Y todo por el mismo factor en común, la pandemia. Eso sí, el hecho que estemos siendo afectados por el mismo problema   no quiere decir que Él tratara por igual con cada uno de nosotros. Según el último informe demográfico de las Naciones Unidas en el año 2019 en nuestro planeta hay cerca de 7700 millones de personas, si lo sé, ¡Un numero demasiado alto! Pero lo más asombroso de este dato no es la cantidad de habitantes, sino más bien, pensar en que Dios tiene un plan perfecto y un propósito para cada uno de los que habitamos en la tierra. Sin duda este pensamiento es una prueba de su inmenso amor y poder. Antes de que Dios decidiera ponerle pausa al mundo, ¿Recuerdas como era tu vida? Mu

LO BUENO DENTRO DE LO MALO.

LO BUENO DENTRO DE LO MALO. “Dios nos manda la lluvia, y con esa agua llena los ríos. ”   Job 36:27-28  (TLA) Hoy nos enfrentamos a una de las mayores pruebas en nuestras vidas por la pandemia que hay en la actualidad, una prueba en la que nadie se ha podido esconder, un virus que vino no solo a quitar vidas, sino también a truncar sueños, empleos, el sustento de un hogar, entre otras cosas. Sin duda las adversidades que la vida nos ha presentado en estos últimos días para muchos han llegado a ser pruebas difíciles y para otros, quizás no tanto. Por cuestión de lógica es normal sentir temor en algún momento de nuestras vidas cuestionándonos el “¿que pasara?” con una u otra situación con las que lidiamos día a día. Como sociedad se nos inculca a pensar con sentido común y a vivir de acuerdo a la lógica con cada eventualidad del día a día, cosa que quiero recalcar: no está mal. Ya que he abordado el tema de la lógica me gustaría hablar del otro lado de la moneda: lo

Su gracia con nosotros.

Su gracia con nosotros. L as advertencias en la vida de un cristiano son como una autopista que está llena de señales por todo el camino. Durante el trayecto de un punto a otro hay pocas o muchas señales pero siempre hay mientras conduces. Las señales te van advirtiendo como debes conducir, a qué velocidad debes ir, cuando parar,   también podemos ver que camino es el correcto e incorrecto dependiendo nuestro destino; pero siempre, siempre y siempre hay personas como tú, como yo y como todos que creemos más en nuestro propio “conocimiento” de saber conducir sin importar las advertencias que la autopista te brinda. Muchas veces solemos decir “Yo puedo manejar y hasta el día de ahora nunca me ha pasado nada malo si voy un poco más rápido” también decimos “Me voy a ir por este calle que es sentido contrario aunque sea ilegal, así llego más rápido y no pasa nada, lo he hecho siempre”. La vida de un cristiano es así. Tenemos las señales en la biblia que dicen que podemos y que

NO TE AUTOMEDIQUES

NO TE AUTOMEDIQUES. Antes de comenzar, preguntémonos lo siguiente: ¿Realmente somos sinceros?,   ¿Somos transparentes?, ¿Decimos la verdad únicamente dependiendo con quien estemos?... Antes de introducirnos a esta reflexión es importante estar claros ante esas interrogantes que nos hemos planteado, ya que lo que viene a continuación es vital   para   que podamos ver, analizar y entender lo que Dios quiere revelarnos. Vivimos en una generación que estamos llenos de máscaras, pensando en que todo está bien, en que yo puedo con los problemas, en que yo no necesito ayuda de nadie y mucho menos de Dios, de que no peco, de que soy mejor que otros, de que tengo el control de mi vida, que no necesito que nadie me hable y se meta en mi vida, etc. Pero en realidad como lo mencionaba antes somos una generación llena de máscaras ya que reímos y mostramos una apariencia ante el mundo para creer que todo está bien, pero cuando estamos solos lloramos, reconocemos nuestras fallas, nos miramos a