“Dios nos manda la lluvia, y con esa agua llena los ríos.” Job
36:27-28 (TLA)
Hoy nos enfrentamos
a una de las mayores pruebas en nuestras vidas por la pandemia que hay en la
actualidad, una prueba en la que nadie se ha podido esconder, un virus que vino
no solo a quitar vidas, sino también a truncar sueños, empleos, el sustento de
un hogar, entre otras cosas.
Sin duda las
adversidades que la vida nos ha presentado en estos últimos días para muchos
han llegado a ser pruebas difíciles y para otros, quizás no tanto. Por cuestión
de lógica es normal sentir temor en algún momento de nuestras vidas cuestionándonos
el “¿que pasara?” con una u otra situación con las que lidiamos día a día. Como
sociedad se nos inculca a pensar con sentido común y a vivir de acuerdo a la lógica
con cada eventualidad del día a día, cosa que quiero recalcar: no está mal. Ya que he abordado el tema
de la lógica me gustaría hablar del otro lado de la moneda: lo ilógico.
¿Qué es lo ilógico?
Lo ilógico es aquella acción que no tiene un sentido común a una situación. Ahora
bien, hay muchas pruebas que Dios pone a lo largo de nuestras vidas que nos
parecen ilógicas, ya que, en ocasiones no entendemos por qué tiene que pasar
algo malo e ilógico para acercarnos nuevamente o por primera vez a Él. En la
biblia hay muchas acciones que se basan en lo ilógico bajo nuestro propio
concepto, como por ejemplo:
- Dios dividiendo el mar rojo para que el pueblo
de Israel pudiera cruzar. Éxodo 14
- Dios motivando a David para pelear contra Goliat. 1 Samuel 17
- Jesús multiplicando los peces y los panes. Mateo 14
Sin duda esas
son algunas de las muchas cosas ilógicas según nuestro criterio, que podemos
encontrar en la biblia. Por ende: No cuestionemos
hoy la lógica de Dios, porque lo ilógico de Dios es más lógico que lo nuestro.
Tantas pruebas a
nuestras vidas parecerán ilógicas en algunas situaciones, pero así como Dios tuvo un propósito
al abrir el Mar Rojo, al motivar a David para pelear contra Goliat y a que Jesús
multiplicara los peces y panes; así también Dios tiene un propósito para cada
prueba que está en nuestro camino.
Durante esta
prueba de la pandemia busquemos Lo bueno
dentro de lo malo, reflexionemos en la adversidad que áreas de nuestra vida
podemos corregir y mejorar, no busquemos cuestionar el amor y la lógica de Dios
en nuestras vidas y circunstancias, más bien, demos gracias por la prueba que
atravesamos y seamos pacientes en medio de la tormenta.
La solución para
salir avante ante cualquier adversidad y prueba en nuestra vida es buscando a
nuestro señor Jesús. Él no ha
mandado una tormenta sobre nuestras vidas sin ningún propósito, lo que Él busca
es llenar esos ríos que están secos nuevamente. En otras palabras,
Él quiere que en medio de esta prueba le busquemos y podamos permanecer
confiados en Él.
“¡Si alguno
tiene sed, que venga a mí y beba! De aquel que cree en mí, como dice la Escritura,
brotarán ríos de agua viva”. Juan
7:37-38
Tenemos una
linda oportunidad en estos momentos de salir transformados y edificados de esta
prueba, una oportunidad para dejar morir todo aquello que no está bien en
nosotros. No tengo duda que después de esta prueba de la pandemia habrá un antes y después, no me refiero a lo lógico
como la salud, lo económico, sueños, proyectos, entre otras cosas. Me refiero a
que habrá un antes y después en
nuestra relación con Dios y que seremos un testimonio para aquellos que aún no
creen en el increíble amor de Dios.
Ánimos, Dios está
con nosotros.
Dios rwstaura mi hogar yo lo creo
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